lunes, 17 de septiembre de 2012

Qué verguenza que pase esto hoy en día!!!

TRIBUNA 

El Chaco argentino, en riesgo


No está garantizada la subsistencia de la población local como tampoco la sustentabilidad de los ecosistemas. La tendencia es hacia la desertización. La expansión agrícola actual no revierte errores cometidos.


Israel Feldman. Ingeniero agrónomo. 
   

La expansión de la frontera agrícola en el Norte argentino se produce en la región conocida como Chaco argentino.

Toda la región del centro-sur de Santiago del Estero, la "dorsal agrícola" de la provincia del Chaco, el límite entre Santiago del Estero y Tucumán y parte de Salta tienen una vieja tradición agrícola.

La actividad agrícola moderna en la región comenzó a principios del siglo pasado, precedida por la presencia humana y actividades conexas de las etnias aborígenes y posterior de los criollos. En muchos casos, la actividad agrícola comercial se desarrollaba en paralelo con actividades forestal-ganaderas o silvo-pastoriles.

La vegetación original, tanto en la región subhúmeda del este, como en el Chaco seco, era un mosaico de pastizales y bosque. Los aborígenes y posteriormente los criollos y primeros colonos europeos ocuparon los pastizales: los aborígenes, como lugar de cacería; los criollos, para criar ganado y los colonos, para desarrollar las prácticas agrícolas.

Durante el período en que las distintas etnias aborígenes eran los únicos ocupantes de la región, había un equilibrio dinámico en el ecosistema. Los fuegos recurrentes, espontáneos o provocados para guerrear o cazar mantenían los pastizales libre de especies leñosas. El bosque servía para proveer algunos frutos y lugar de cría de animales de cacería. La agricultura era practicada en muy pequeña escala.

El sistema era sustentable, en función de la demanda limitada de alimentos y fibras.

La ganadería vacuna comienza en el siglo XVI. El pastoreo y circulación descontrolada de los animales vacunos es el principal responsable de la destrucción de los pastizales de la región y su ocupación por leñosas invasoras. Bajo condiciones de pastoreo controlado, los pastizales naturales soportan cargas superiores a las que sostuvieran en cualquier período de su historia, sin que ello afecte su sustentabilidad.

La extracción selectiva de material leñoso del bosque, acompañada de la acción del ganado vacuno, destruyó los bosques. Los bosques y los pastizales terminaron siendo arbustales.

Los primeros colonos europeos que ocuparon el Chaco subhúmedo sembraron algodón. Este cultivo persistió porque soporta situaciones extremas de sequía y, además, la cosecha manual continuada durante varios meses permitía un ingreso para gastos cotidianos.

En el Chaco seco, la alternancia de sequías e inundaciones, sumadas a la destrucción de la materia orgánica del suelo, como consecuencia de la tecnología del arado de reja y vertedera, hicieron que se abandonara la agricultura. La invasión con leñosas transformó los campos en montes de difícil circulación. Distintas formaciones vegetales responden a distintas situaciones de origen antrópico, y condiciones edáficas y climáticas combinados.

Los puesteros, criadores de vacas y cabras, que habitan la región, tienen niveles de subsistencia mínima. Las etnias aborígenessobreviven en situaciones peores.

El actual statu quo no garantiza la subsistencia de la población local como tampoco la sustentabilidad de los ecosistemas. La tendencia es hacia la desertización. La expansión agrícola actual generalmente no tiene en cuenta los errores cometidos.

El desmonte a tabla rasa disminuye la biodiversidad, pero además pone en riesgo la sustentabilidad del sistema agrícola que se pretende imponer. En suelos con fuertes pendientes, la erosión hídrica provoca profundas carcavas, que en algunos casos llegan a cortar rutas. En suelos arenosos o limosos, esa práctica favorece la erosión eólica.

Resulta tan preocupante el mantenimiento del actual statu quo, como la expansión agrícola que no tenga en cuenta las experiencias históricas.

La polémica desatada en distintos medios, entre quienes apoyan y/o ejecutan la expansión agrícola en la región y quienes oponen reparos a ello, parecen responder a intereses contrapuestos. Otras voces señalan que es necesario armonizar, en una visión común los distintos enfoques.

La sustentabilidad de los ecosistemas es un punto en común para los diversos actores que actúan en el medio. El mejoramiento de la calidad de vida de los actuales habitantes de la región es también un aspecto compartido.

Se trata de una región cuyos ecosistemas son sumamente frágiles. Por lo general son feraces, pero se pueden transformar en feroces. Cualquier acción inadecuada puede actuar como disparador para que el sistema excluya la posibilidad de supervivencia humana digna.

Hasta el presente, la ocupación territorial de esa región se hizo sobre la base de la explotación tipo minera de sus recursos naturales. La consecuencia es una sucesión de fulgores y cenizas.

El desafío es construir sistemas productivos sustentables, que permitan el desarrollo económico de la región, con equidad y respetando la diversidad cultural y ambiental.

2 comentarios:

  1. Gracias Delia por cooperar en la difusión de este grave avance de intereses desmedidos y egoistas. Muchos saludos.

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  2. Todo lo que es injusto, merece ser revelado. En un país tan poderosamente
    rico como la Argentina, es una verdadera vergüenza que sigan estas cosas.

    Uuuhhh... si hay para hablar y mostrar al respecto!!!

    Un abrazo, Lao.

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