sábado, 19 de enero de 2013


Por qué ciertas plantas carnívoras se están volviendo vegetarianas

Planta carnívora
A nadie le sorprendería escuchar que una persona -ya sea por cuestiones éticas, por razones de salud, o incluso por moda- abandone los bistecs, las salchichas, el tocino y el asado y se entregue de lleno al mundo de los vegetales.
¿Pero que lo haga una planta? Eso sí parece inaudito.
Sin embargo según demostró un estudio llevado a cabo por la Universidad de Loughborough en el Reino Unido, las plantas carnívoras reducen su consumo de moscas cuando logran obtener los nutrientes de otra forma.
Los científicos estudiaron la drosera rotundifolia -conocida como "rocío de sol" o simplemente drosera- que vive en los pantanos de Suecia y notaron que las deposiciones de nitrógeno provocadas por la lluvia reducían la cantidad de insectos que atrapaba la planta.
La contaminación generada por el transporte y la industria hacen que la lluvia sea más rica en nitrógeno, y esto hace que cambie en algunas zonas la composición del suelo.
"Cuando hay más disponibilidad de nitrógeno, las plantas no carnívoras pueden ganar la competencia"
Jonathan Millett, autor del estudio
"Si las raíces de la planta tienen acceso a suficiente nitrógeno, no necesitan comer tanto", explicó a la BBC Jonathan Millett, líder del equipo de investigadores.
Millett y sus colaboradores sometieron a esta planta de hojas redondas a una serie de pruebas. Al medir la cantidad de nitrógeno de origen animal y compararlo con la cantidad ingerida a través de las raíces, los científicos lograron determinar las proporciones de cada uno de ellos en distintos sitios.
Así descubrieron que las plantas de hábitats levemente contaminados tomaban el 57% de nitrógeno de su presa. En las zonas de mayor contaminación esta cifra cayó a entre un 20% y 30%.
Sin embargo, los expertos no creen que la especie en general se beneficie de esta forma de nutrición alternativa. De hecho, el descubrimiento puede ser en realidad una mala noticia para las droseras a largo plazo.
Planta carnívora
Las plantas carnívoras extraen de los insectos la mayor parte de los nutrientes que necesitan para sobrevivir.
"Básicamente, es como si les agregáramos fertilizante", explica Millett.
"Para un ejemplar en particular, da la impresión de que es mejor. Es más grande y probablemente más fuerte, pero el problema es que tienen que dedicar una parte de sus recursos a ser carnívoras".
Las plantas carnívoras se benefician de los ambientes pobres en nutrientes porque tienen menos competencia de otras plantas.
Sus habilidades para digerir animales parecen ser el resultado de un proceso evolutivo que tuvo lugar para permitirles la supervivencia en estos ambientes. Y las plantas necesitan una gran dosis de energía para mantener activas las complicadas trampas que usan para capturar y digerir a su presa.
Si otras plantas llegan a la zona por el aumento de nitrógeno en el suelo, estos mecanismos depredadores pueden pasar de ser una ventaja a convertirse en un obstáculo.
"Cuando hay más disponibilidad de nitrógeno, las plantas no carnívoras pueden ganar la competencia", señala Millett.

Futuro dudoso

Planta carnívora
Con sus formas carnosas y sus vivos colores estas plantas logran llamar la atención de los insectos.
La perspectiva para las plantas carnívoras en general no es muy alentadora.
Aunque no se han hecho tantos estudios en profundidad -como en el caso de otras especies- "se sospechaba que eran susceptibles a la contaminación, porque suelen ser muy sensibles a los cambios en el medio ambiente", señala David Jennings, de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, quien investigó los peligros y amenazas a las que están expuestas estas especies.
La mayoría de ellas figuran en lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como amenazadas.
Si bien esta cifra está basada sólo en el 17% de las especies de plantas carnívoras, es un signo de alarma, dice Jennings, quien le teme no solo a las amenazas conocidas para estas plantas sino también a la falta de información.
El investigador dice que la situación de la Nepenthe -conocida popularmente como planta jarra o copas de mono- es particularmente preocupante.
Esta planta necesita los nutrientes de los insectos que caza atrayéndolos a su copa que está llena de fluido.
El borde de la copa es colorido para llamar la atención de su presa y su superficie es sedosa, lo que le impide al insecto trepar para escapar.
Planta carnívora
La mayoría de las plantas carnívoras figuran como amenazadas en la lista de la UICN.
Por encima de esta copa hay una suerte de tapa que juega un rol crucial en la captura.
"La planta es muy buscada por coleccionistas y cazadores, y es una de las más endémicas. Además, se ve amenazada por la modificación y la pérdida de su hábitat", eplica Jennings.
El temor, dicen los científicos, es que se pierda para siempre antes de que pueda ser estudiada.

Tapa/catapulta

El estudio más reciente reveló cómo la tapa de laNepenthes gracilis puede funcionar como una catapulta, empujando al insecto hacia su muerte.
"Todo empezó cuando observamos a un escarabajo buscando refugio bajo la tapa de una Nepenthes gracilis durante una tormenta", le dijo a la BBC Ulrike Bauer, líder del equipo de investigación de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
"En vez de encontrar un lugar seguro para descansar, el escarabajo acabó dentro del líquido, atrapado por la planta".
Los científicos descubrieron que en condiciones secas los insectos podían caminar por el otro lado de la hoja. Pero en la lluvia, los insectos que se refugiaban allí eran catapultados hacia el líquido de la planta, por el movimiento de la tapa.
El equipo filmó el experimento con una cámara, a velocidad rápida.
"Creo que lo que sabemos hoy día es sólo la punta del iceberg", le dijo Bauer a la BBC, quien cree además que estudiar estas plantas puede aportar conocimientos en otros campos de estudio.
Aunque muchos temen que nunca tengamos la oportunidad de aprender todo lo que podríamos de estas plantas.
"Algunas de las especies menos accesibles, con una distribución muy local, pueden desaparecer antes de que la ciencia llegue a tomar nota de su existencia, y menos aún, de estudiar sus secretos", concluye Bauer.

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