miércoles, 26 de junio de 2013

DESDE LAS VITAMINAS HASTA EL VINO TODO ES CUESTIONADO


Mitos y verdades de las recetas 


para lograr la "eterna juventud"


Hay quienes se desvelan buscando la píldora que les devuelva la piel de sus 25 años y adhieren a cientos de recetas para disminuir o eliminar los achaques. ¿Qué hay de cierto en ellas? Repasamos los diez postulados más difundidos.
Un estrés moderado es positivo porque estimula el cerebro. Foto:Shutterstock
En primer lugar están los multivitamínicos. En 1956, Denham Harman propuso que el envejecimiento era producto de los daños en los tejidos producidos por los "radicales libres" -átomos o grupos de átomos que son muy inestables y reactivos-.
Como ciertas vitaminas contienen sustancias "antioxidantes" que pueden neutralizarlos, a partir de experimentos hechos en roedores, muchos pensaron que aumentándolas en la dieta se retrasaba el envejecimiento.
Las pruebas, sin embargo, no son concluyentes. "El tema de los radicales libres está siendo revisado", explica Alberto Boveris, decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. "Ahora entendemos que son parte de la vida".
Con respecto a las vitaminas, la sorpresa es que el 50% del planeta está por debajo de lo indicado, pero una buena alimentación, con cinco porciones diarias de frutas y verduras cubren las necesidades.
La vitamina D, mientras tanto, no se ingiere en la dieta, sino que se produce a partir de la radiación solar. Por eso, sus niveles disminuyen aproximadamente un 70% en los adultos mayores. Sin embargo, es necesaria para absorber el calcio, uno de los minerales esenciales para la salud ósea.
"Si uno no la suplementa, es difícil que esté en los niveles adecuados", explica Beatriz Oliveri, investigadora del Conicet en el Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Óseas (Inigem) del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.

Aspirinetas.

"En las mujeres que no tienen enfermedad o factores de riesgo de enfermedad coronaria grave, tales como diabetes, tabaquismo, obesidad o sedentarismo, tomar una aspirineta por día no demostró ningún beneficio, sino por el contrario, aumentó los accidentes cerebrovasculares y hemorragias", afirmó Liliana Grinfeld, ex presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina.
En los hombres de entre 55 y 60 años que tengan aunque sea un solo factor de riesgo y aunque sean sanos, demostró no prevenir, sino disminuir las complicaciones de la enfermedad cardiovascular.

Calcio y Omega 3.

"El del calcio es un tema más controvertido, agrega Oliveri, "porque en los mayores es bueno mantener un consumo adecuado (que puede variar entre los 1.000 y los 1.200 mg diarios), pero sobre todo si viene de los alimentos." Algunos estudios sugieren que el exceso de suplementos de calcio puede no ser beneficioso.
Por otra parte, algunos trabajos de investigación sugieren que el Omega 3 previene la enfermedad cardíaca y los sucesos degenerativos, como el mal de Parkinson, el alzhéimer y otras demencias.
"Desde el punto de vista farmacológico, la mejor forma de obtenerlo es comer pescado de agua fría (como el salmón) dos veces por semana", explica Julio Montero, miembro de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios. "Cuando no se puede cumplir con esa recomendación, se puede reforzar con la toma de suplementos en forma de cápsulas. Y si uno ingiere un poquito más, sólo representa un peligro si la persona está anticoagulada, porque el omega 3 prolonga el tiempo de coagulación."

Vino y sociales.

El efecto benéfico parecería estar en que disminuye la absorción de grasas oxidadas en el intestino. El alcohol produce relajación y disminuiría alrededor del 25% el riesgo de infarto cardíaco.
"La medida sería dos vasos diarios para los hombres y uno para las mujeres", explica Boveris. Eso sí: si se toman tres vasos en lugar de dos, el efecto benéfico desaparece, y con cuatro el riesgo aumenta 15% .
En cuanto a la fórmula de "menos estrés y más sociales", los especialistas manifiestan: "Niveles moderados de estrés pueden ser estimulantes para el cerebro, pero los prolongados y altos pueden tener efectos negativos en la memoria y otras funciones cognitivas", apunta Manes.
El estrés dispara la liberación de cortisol, (una hormona asociada a los cambios de humor) y diversas investigaciones han demostrado que la memoria episódica (la del "cuándo" y "dónde") se daña con el exceso de cortisol.
Del mismo modo, las personas mayores que en la vejez continúan estimuladas social, física y mentalmente muestran una mayor fiabilidad en el mayor rendimiento cognitivo.

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