domingo, 4 de enero de 2015


 EL ULTIMO ABRAZO Olga Marciano Óleo y acrílico sobre lienzo ...

Un grupo de científicos estadounidenses concluye que los abrazos son beneficiosos para la salud, dado que ayudan a prevenir y a reducir los síntomas de enfermedad y alivia los estados psicológicos vinculados al estrés.
Científicos de la Universidad de Carnegie Mellon, en EE.UU., han llegado a la conclusión de que los abrazos ayudan a reducir los síntomas de estrés y de dolencias como el resfriado común, dependiendo directamente la cantidad de veces que realizamos este actos con los efectos positivos que conlleva, informa ‘The Daily Mail‘.
La investigación se apoya en una encuesta realizada a más de 400 personas en la que se abordan cuestiones sobre sus conflictos personales, el apoyo social que reciben y la cantidad de veces que se abrazan al día. Asimismo, los voluntarios fueron expuestos a un resfriado común en laboratorio y se monitorizó la evolución y desarrollo de los síntomas del virus.
Los resultados del estudio mostraron que aquellas personas que se sentían más apoyadas por su familia y amigos y que eran, literalmente, “más abrazados”, eran menos propensos desarrollar síntomas de la enfermedad y reducían los estados psicológicos estresantes, tales como depresión o ansiedad.
“Esto sugiere que ser abrazado por una persona de confianza puede actuar como un medio eficaz para transmitir apoyo, y que el aumento de la frecuencia de los abrazos podría ser un medio eficaz para reducir los efectos nocivos del estrés”, sostiene Sheldon Cohen, líder de la investigación.”Aquellos que reciben más abrazos están más protegidos ante la infección”, concluyen.
Además: 
* Abre las puertas a las sensaciones de bienestar
* Retrasa el envejecimiento y reduce el apetito.
* Aquellas personas que abrazan o son abrazadas con regularidad, se mantienen jóvenes más tiempo y se nutren del amor de las otras personas, en vez de sustituir dicho vacío con el amor — excesivo — por la comida.
*Preserva en condición física los músculos de los brazos y los hombros.
*No exige un ambiente en particular, ya que en todos sitios uno le puede otorgar un abrazo a una persona. esto crea la sensación de que todos somos parte de algo y beneficia, de manera general, el ánimo de la sociedad.
*Es una medicina que alivia problemas físicos y emocionales. Un abrazo puede eliminarle una depresión a una persona y hacer que el sistema de inmunidad de la misma se fortalezca, haciéndola sentir más vibrante y quitándole la tendencia a enfermarse.
*No tenga miedo a abrazar ni a hallarse intimidado por ello. Cuando lo tenga, pregúntese si existen personas en el mundo que no necesitan experimentar el contacto físico de sus seres queridos y, por sobre las demás cosas, que no quieren mostrar ese cariño ante los demás.
*Recuerde que, a menudo, es más difícil saber recibir un abrazo que otorgarlo. Esto es porque un abrazo tiene un sorprendente efecto terapéutico -ya que produce un sentido de compañía- y, por lo general, nuestra sociedad ha querido, sobre todo en las últimas décadas, valorar el individualismo.
Diversas publicaciones han señalado que los seres humanos necesitamos cuatro abrazos al día para subsistir. Parece ser una exageración, pero es que la piel es el órgano más grande que tenemos y abrumarlo con cariño mediante el contacto físico de los abrazos parece ser, más que una ayuda para la longevidad, una necesidad.
La duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos. 

Pero los investigadores han descubierto algo fantástico. 

Cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. 

La razón es que un abrazo sincero produce una hormona llamada "oxitocina", también conocida como la hormona del amor. 

Esta sustancia tiene muchos beneficios en nuestra salud física y mental, nos ayuda, entre otras cosas, para relajarse, para sentirse seguro y calmar nuestros temores y la ansiedad. 

Este maravilloso tranquilizante se ofrece de forma gratuita cada vez que tenemos a una persona en nuestros brazos, que acunamos a un niño, que acariciamos un perro o un gato, que estamos bailando con nuestra pareja, cuanto más nos acercamos a alguien o simplemente a los hombros de un amigo.
SAIKU

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