El proyecto ha recibido fuertes críticas y oposición de organizaciones de protección ambiental e indígenas de Alaska, que consideran los trabajos petrolíferos un riesgo demasiado grande para el hábitat y el modo de vida de las comunidades locales.
La compañía petrolera Royal Dutch Shell, del grupo Shell, recibió el 17 de agosto el permiso definitivo del gobierno de Estados Unidos para comenzar la perforación en un pozo para la extracción de hidrocarburos en aguas del océano Ártico frente a las costas de Alaska, según ha informado la Oficina de Seguridad y Medioambiental de EE.UU.
El Gobierno estadounidenses había permitido la exploración pero no los trabajos sobre pozos ya certificados con petróleo ante la falta de tecnología específica por parte de Shell para contener un posible vertido.
Diversas organizaciones ecologistas de Estados Unidos y de muchos otros países han expresado durante los últimos meses su enérgica protesta por la decisión del gobierno Obama de autorizar la perforación de pozos y extracción de hidrocarburos en el Ártico. Las protestas recuerdan la importancia ecológica de esta región y el grave peligro que puede suponer cualquier tipo de vertido.
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Las navieras y petroleras se preparan para destruir el Artico

Diversas entidades y expertos consideran que el permiso a concedido con el beneplácito de la Casa Blanca para explotar hidrocarburos en el Ártico es una compensación a la industria petrolera por el veto a la ampliación del oleoducto Keystone XL o incluso un argumento para evitar la oposición de los sectores conservadores a nuevas medidas contra el cambio climático.
Para preservar su legado en el clima, el presidente Barack Obama debe cambiar el curso de la perforación en el Ártico establecido por el presidente George W. Bush hace ocho años, y no perpetuarlo.